Vienes a mi luna,
vienes y desfogas las constelaciones a mis pasos,
me traes lluvia de estrellas a mi llanto,
retomas mis pensamientos de amor
y le vuelves a dar su nombre,
abres esa ventana que el dolor cerro de un soplo,
resurgiendo de nuevo mis ansias de abrazar al universo
bordando palabras en mi pecho y lanzando besos al olvido.
Estoy en este cielo casi negro,
murmurando esperanza a mi alma caida,
soportando la dicha de estar viva,
de respirar tu presencia a distancia,
percibir su historia de nuevo penetrando
en lo que fue mi corazón sin ella.
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